“Mamá, ayúdame”: Inteligencia Artificial imita voz de adolescente para fingir secuestro y exigir rescate
La Inteligencia Artificial (IA) puede llegar a límites inesperados, hasta el punto en que estaría siendo utilizada para cometer delitos como fraudes. Eso fue lo que le ocurrió a una mujer llamada Jennifer DeStefano, quien afirmó que estafadores utilizaron esa tecnología para clonar de forma exacta la voz de su hija adolescente y simular un secuestro, para posteriormente exigir un rescate de una alta cifra de dinero.
DeStefano, cuya familia es originaria de Arizona, Estados Unidos, contó al medio local Arizona’s Family los detalles de esta inolvidable llamada en que presenció la suplantación de identidad de Briana, su hija de 15 años.
Un día, la mujer recibió una llamada a su celular desde un número desconocido. Por un segundo pensó en no contestar y que arrojara el buzón de voz, pero decidió saber qué era: justo en esa jornada Briana había ido a esquiar.
Al responder, al otro lado del teléfono escuchó algo que no esperaba oír en lo absoluto. Era la voz de su hija que decía “¡Mamá!” mientras sollozaba. “Dije, ‘¿Qué pasó?’ Y ella dijo: ‘Mamá, me equivoqué’”, recordó DeStefano.
A continuación solo vinieron minutos de terror en la madre de Briana y se inició la extorsión. En la llamada apareció la voz de un hombre que le ordenaba a la niña echar la cabeza para atrás y recostarse.
“Este hombre se pone al teléfono y dice: ‘Escucha aquí. Tengo a tu hija. Llama a la policía, llama a cualquiera, la voy a llenar de drogas”, dijo el intimidante hombre, contó DeStefano. “Me saldré con la mía con ella y la dejaré en México”, le reiteró el supuesto secuestrador.
Ella no podía creer lo que oía. Jamás dudó de que quien pedía auxilio era su hija, porque sonaba exactamente como ella. De pronto, empezó a oír las palabras de miedo: “Ayúdame, mamá. Por favor, ayúdame. Ayúdame”.
Desde ese momento el hombre comenzó a pedir una gran cifra para regresar a la adolescente a su hogar. Al principio exigió 1 millón de dólares, pero luego lo disminuyó a 50.000. Mientras estaban negociando DeStefano estaba en compañía de otras mujeres, fuera de su casa, por lo que alguien la ayudó a llamar a emergencias en ese preciso instante. Otra persona también contactó a la pareja de DeStefano, quien estaba con la niña ese día.
Ahí recién supo que su hija estaba bien y no era la terrorífica voz en el teléfono.