«Guardería de dinosaurios», un asombroso hallazgo paleontológico en Tarija

El descubrimiento de 350 huellas de dinosaurios posiblemente constituye el registro jurásico más antiguo de Sudamérica, representando un hallazgo paleontológico de valor mundial.

Reconstrucción artística del paso del grupo de saurópodos y la interacción con las otras especies que se atravesaron en su camino Foto: GABRIEL DÍAZ YANTÉN

Un emocionante descubrimiento paleontológico ha emergido en el departamento de Tarija, Bolivia, donde el derrumbe de un barranco cerca del río Tarija ha dejado al descubierto aproximadamente 350 huellas de dinosaurios. Estas impresiones fósiles que nos transporta 150 millones de años atrás en el Jurásico Superior y que fueron revelados en una investigación, arrojan luz sobre un fascinante pasado prehistórico y han sido identificadas como una especie de «guardería de dinosaurios», según informa el argentino Sebastián Apesteguía, uno de los autores del estudio.

La escena capturada en las huellas revela a dos saurópodos adultos guiando a cientos de crías en su recorrido. Además, dos ornitópodos y un terópodo cruzan en calma por un camino que podría haber sido parte de la ruta migratoria de dinosaurios más extensa jamás registrada: desde el sur de Perú hasta el norte de Argentina, pasando por el centro de Bolivia. El impacto de este descubrimiento se extiende más allá de su ubicación geográfica, ya que completa el panorama temporal de los yacimientos de huellas de dinosaurios en Bolivia, abarcando los tres períodos: Triásico, Jurásico y Cretácico.

El geólogo boliviano Gustavo Méndez Torres, el descubridor de estas huellas únicas, compartió su emoción al encontrar el único yacimiento de huellas del sistema Jurásico en Bolivia. Las huellas de los saurópodos adultos presentan una forma redondeada, similar a las de los elefantes, con diámetros de entre 75 y 95 centímetros. A partir de estos datos, los científicos han estimado que estos saurópodos tenían caderas situadas a casi cuatro metros del suelo, medían alrededor de 20 metros de largo y se desplazaban a una velocidad de menos de cinco kilómetros por hora. Las huellas de las crías varían en tamaño, oscilando entre 15 y 30 centímetros de diámetro.

Los investigadores destacan que la presencia de huellas de crías en el mismo camino que las de los adultos sugiere un comportamiento de manada y protección de las crías. Aunque no se pueden afirmar con certeza absoluta, los científicos argumentan que la comparación con el comportamiento actual de vertebrados de gran tamaño que cuidan de sus crías respalda la hipótesis de que estos saurópodos caminaban en grupo.

 “Lo más simple es pensar que iban juntos. Además comparamos con modelos actuales, lo que llamamos autoecología: en la actualidad, vemos elefantes y otros vertebrados de gran tamaño que van acompañados de sus crías, al lado o detrás; y entonces deducimos por comparación”, justifica el icnólogo español Raúl Esperante citado por El País de España.

El valor histórico y científico de este descubrimiento es incalculable, ya que estas huellas datan de un período de gran relevancia en la historia de los dinosaurios. La ubicación de las huellas dentro de una ruta migratoria de dinosaurios añade un contexto intrigante a este hallazgo. «Tenemos el privilegio de contar con las huellas más antiguas de Bolivia y quizás de Sudamérica», resalta el geólogo Gustavo Méndez.

Enfatizando la importancia de Tarija como patrimonio mundial en paleontología, Apesteguía destaca que esta región ha sido crucial para la disciplina desde el siglo XIX, con fósiles de megafauna en museos de todo el mundo. Los investigadores hacen un llamado urgente a la protección y conservación adecuada de estas huellas, que se encuentran expuestas a los elementos y a posibles nuevos derrumbes. Este descubrimiento no solo enriquece nuestra comprensión de la vida prehistórica en Sudamérica, sino que también nos conecta con la asombrosa historia evolutiva de nuestro planeta.