AL MENOS UNA VEINTENA DE MUERTOS, EN SU MAYORÍA NIÑOS, EN UNA MATANZA EN UNA ESCUELA DE TEXAS

La policía de Uvalde abate al supuesto atacante, de 18 años, que irrumpió en la primaria Robb con una pistola y un rifle.

Personal de seguridad en el exterior del instituto de Uvalde, cerca de la escuela de primaria, tras el tiroteo en Texas.


La tragedia de las matanzas en colegios de Estados Unidos tiene un nuevo capítulo. Un tiroteo en una escuela primaria de Uvalde, una localidad de 16.000 habitantes en el centro de Texas, ha dejado al menos una veintena de muertos —18 niños y entre dos y tres adultos—, según ha informado un senador estatal. El balance anterior, que proporcionó el gobernador del Estado, Greg Abbott, cifraba en 15 el número de víctimas mortales, 14 niños y un profesor. Abbott aseguró en una rueda de prensa que el atacante, un joven de 18 años al que identificó como Salvador Ramos, fue abatido por la policía.

Según el relato de Abbott, Ramos llegó a la escuela con una pistola y se cree que también un rifle y “disparó y mató, de manera horrible e incomprensible” a más de una docena de niños y un profesor. La policía ha informado de que también acabó con la vida de su abuela antes de dirigirse al colegio. Ramos era un alumno del instituto de la propia localidad, cercano a la escuela de primaria. Actuó solo, según los primeros indicios.

Se trata de una de las peores matanzas en un centro educativo de Estados Unidos en la última década. Es la mayor en una escuela de primaria desde la masacre de Newton (Connecticut), cuando un joven de 20 años, Adam Lanza, tras disparar a su madre, mató a 26 personas, incluidos 20 niños de 6 y 7 años, en el colegio Sandy Hook. Se suicidó después. En 2018, en un instituto de Parkland (Florida), un antiguo alumno de 19 años que había sido expulsado mató a 17 personas, en su mayoría adolescentes.

El ataque ha ocurrido en la mañana del martes en el centro educativo Robb, adonde se desplazó la policía rápidamente. No se han especificado las edades de los fallecidos. Un adulto y un menor han sido trasladados a un hospital de la ciudad de San Antonio, a 140 kilómetros de distancia, para ser atendidos de heridas graves.

Robb es una escuela de primaria y sus alumnos son niños pequeños, menores de 10 años en su mayoría. En torno al 90% de ellos son hispanos y muchos de ellos pertenecen a familias con pocos medios. Este jueves era el último día del curso.

Las autoridades del Distrito Escolar, el órgano que rige los centros educativos, habían enviado una alerta a todas las escuelas de la región para elevar al máximo los protocolos de seguridad. La escuela había advertido de que había un tirador activo y pedido a los padres que no se acercaran a la zona hasta que la policía pudiera controlar la situación. De hecho, la escuela tiene en su página web un mensaje en el que, poco después del mediodía, pide a los padres que no vayan aún a buscar a sus hijos y los remite a un punto de encuentro.

Minutos después, la policía informó de que había detenido al tirador. Los estudiantes del centro estaban siendo trasladados a un edificio colindante, para encontrarse con sus familias. Las autoridades locales, no obstante, pidieron inicialmente a los padres no pasar al centro cívico a recoger a los menores inmediatamente porque consideraban que la emergencia no había terminado. “Serán informados cuando puedan hacerlo”, explicaron en Facebook.

“Los tejanos están de duelo por las víctimas de este crimen sin sentido y por la comunidad de Uvalde”, ha señalado el gobernador en sus redes sociales y en un comunicado. “Cecilia [su esposa] y yo lamentamos esta horrible pérdida e instamos a todos los tejanos a unirse. He dado instrucciones al Departamento de Seguridad Pública de Texas y a los Texas Rangers para que trabajen con la policía local para investigar a fondo este delito”, ha añadido.

Está previsto que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, haga una declaración de duelo y solidaridad con las familias desde la Casa Blanca este mismo martes a las 20.15, hora de Washington (las 2.15 de la madrugada, hora peninsular española), recién llegado de su gira por Asia. Biden ha ordenado que las banderas ondeen a media asta en los edificios federales.

Estados Unidos, donde el derecho a poseer armas de fuego está consagrado constitucionalmente, es el único país del mundo en que se repiten de forma recurrente las matanzas por armas de fuego en colegios e institutos. En la más reciente, el último día de noviembre de 2021, un adolescente de 15 años mató a cuatro estudiantes a sangre fría e hirió a otros seis y a un profesor en la escuela secundaria de Oxford (Míchigan), una pequeña ciudad al norte de Detroit. El ataque fue considerado por las autoridades como “acto terrorista” y “asesinato” y sus padres también fueron procesados.

En muchas ocasiones, los tiroteos han sido realizados por adolescentes menores de edad. Uno de los que más se recuerdan es la matanza de Columbine (Colorado), el 20 de abril de 1999, cuando dos estudiantes de 17 y 18 años fuertemente armados mataron a 12 compañeros y un profesor antes de suicidarse en la biblioteca.

El suceso coincide con la publicación de un informe que revela que los tiroteos se han multiplicado en Estados Unidos durante 2021. Un conteo del FBI, la agencia federal de investigaciones, indica que el año pasado se registraron 61 episodios de este tipo. Estos habían sido 40 en 2020. Los tiroteos dejaron el año pasado 103 personas fallecidas y otro centenar más de heridos. Estas cifras no contemplan a los perpetradores. Uno de cada cinco situaciones en las que hay un tirador activo deriva en un tiroteo masivo, considerado como tal aquel que provoca al menos tres muertos.

Hace solo 10 días, un tiroteo en un supermercado cometido por motivos racistas por un joven también de 18 años dejó 10 muertos y tres heridos en Búfalo, en el Estado de Nueva York.

Los tiroteos masivos, y especialmente los que se producen en escuelas, han avivado el debate sobre los controles para la venta y el uso de armas de fuego. “Ya basta, tenemos que tener la valentía de tomar medidas”, ha dicho la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, este martes, tras señalar que tenía “el corazón roto” por la tragedia.