La «Casa del Horror»: dos cadáveres en un pozo, ritos, presunto incesto y «don Castro»
El hallazgo de los cuerpos de dos mujeres en un pozo de 50 metros, tipo aljibe, reveló los horrores que envolvían ese hogar. La noticia conmociona a los argentinos y al mundo.
Momento en el que uno de los cuerpos es sacado de la Casa del Horror. LA VOZ
La historia de la familia de «don Castro» ha conmocionado a toda Argentina. Recordado como un hombre de pocas palabras, Facundo Armando Castro, más conocido entre sus vecinos como «don Castro», habría sido el autor de una serie de crímenes de abusos sexuales, incesto contra sus propias hijas y muerte.
Lo que se sabe de este hombre de familia, que habría muerto hace siete meses, es poco. De acuerdo con el testimonio de vecinos y familiares, «don Castro» se fue a vivir joven a Buenos Aires y tiempo después volvió a la provincia de Córdoba casado, con tres hijos y el cuarto en camino.
Inicialmente, residieron en Deán Funes, donde las tragedias comenzaron. Su esposa falleció en 1990 por un cáncer de mama que no fue atendido por negligencia del esposo y una de las hijas del matrimonio, Esther, apareció sorpresivamente embarazada pese a vivir encerrada en su casa.
«Las niñas que estaban encerradas todo el tiempo no tenían vida social. Cuando Esther sale embarazada era imposible. Las sospechas comenzaron ahí y más cuando la mamá pidió que cuidaran a las hijas antes de morir”, dijo una las primas de la familia en entrevista con eldoce.tv.
LA «CASA DEL HORROR»
Pese a la movilización de otra de las hijas por denunciar el hecho a las autoridades, el caso nunca avanzó y «don Castro» aprovechó para dejar Deán Funes e instalarse en la que ahora es llamada la «Casa del Horror», en barrio Autódromo, Córdoba.
«Don Castro» y su esposa tenían en total seis hijos: tres mujeres y cuatro varones. Los varones fueron los que se salvaron del horror, pues salieron de la casa y terminaron el colegio. Sin embargo, las chicas, no.
Ninguna fue a la escuela. Eran analfabetas y todas habrían sufrido abusos sexuales, según reportes de medios argentinos. «Don Castro» habría llegado a tener hijos con sus propias hijas, multiplicando así a las víctimas de sus acciones.
Ese hombre serio y de pocas palabras, como lo recuerdan los de su mismo barrio, habría fallecido hace siete meses. No obstante, el rastro de sus acciones continuó en la casa.
Fue por una casualidad que las autoridades se enteraron de los crímenes que se cometían en esas cuatro paredes. Unos patrulleros encontraron a dos jóvenes de 21 y 24 años (nietos y supuestos hijos, a la vez, de Castro) caminando en la ruta junto a una adolescente, un niño y un bebé.
Al momento de ser interrogados dijeron que iban de vacaciones a Mina Clavero y que estaban caminando en la carretera porque habían discutido con el chofer del radio taxi que los transportaba porque quería cobrarles más de la cuenta.
EL DESCUBRIMIENTO
Cuando los oficiales solicitaron el número de algún familiar, uno de los jóvenes dio el celular de Esther, una de las hijas de «don Castro» y madre de los chicos. Nadie atendía el teléfono.
La Policía logró dar con un tíos de los jóvenes, Joel, hijo de Facundo Castro. Cuando el tío llevaba a sus sobrinos de vuelta a casa, preguntó por sus hermanas Esther y Sara, ya que no sabía nada de ellas hace varios días y escuchó perplejo cómo sus sobrinos contaban que habían matado a ambas hermanas a puñaladas y tiros para luego arrojarlas a un viejo pozo ubicado en el patio de la casa.
Tras la denuncia del tío, las autoridades comenzaron a descubrir todos los horrores que se vivían en el lugar marcado por situaciones carentes, niños que no iban a la escuela ni están registrados en algún sistema del Estado, además de aparente retraso mental en los autores del crimen.
Las primeras investigaciones revelaron que las mujeres murieron por múltiples puñaladas y golpes con un objeto contundente.
EN UN POZO
Una de ellas tenía un disparo entre el cuello y la cabeza. A los bomberos les tomó horas poder rescatar los cuerpos de las víctimas, ya que se encontraban a 50 metros de profundidad en posición vertical debido a lo estrecho del aljibe donde estaban los cadáveres de ambas hermanas. Ahora, los forenses buscan el cuerpo de «don Castro» en el mismo patio trasero de la «Casa del Horror».
CANTOS EXTRAÑOS
Según la versión de los vecinos, antes de que se descubriera el horror, desde adentro de la vivienda salían sonidos extraños, humo de fogatas e incluso se oían cánticos extraños. Las investigaciones apuntan a presuntos ritos satánicos al interior de la casa.