Dana, libre: nueva vida, retomando estudios, en busca de justicia y de que limpien su imagen
La joven fue acusada del rapto del bebé Álex, en La Paz. Estuvo recluida en el penal de Obrajes durante dos meses. Obtuvo su libertad, después de que la autora confesara el delito. A continuación, su relato.
La estudiante de enfermería, Dana P., salió en libertad, quien fue acusada por el rapto del bebé Alex. APG
Dana P. recobró la libertad. Este viernes, la joven estudiante de Enfermería (22 años) injustamente recluida en el penal de Obrajes, acusada del rapto del bebé Álex, respira con tranquilidad tras su encierro de dos meses. Se confiesa feliz, pero afectada, agradecida con Dios, con ganas de retomar sus estudios y el compromiso de la búsqueda de justicia.
“Quisiera que sí se aclare todo, que limpien mi imagen. Hablo por mí y por las mujeres que están en Obrajes (…). Yo conviví con ellas, despertaba con ellas, me bañaba con ellas. Es un dolor grande, te quitan y separan de tu familia. Espero ya poder retomar mi carrera. Me ha costado, he trabajado para mi carrera, no es fácil”, declaró a la Red Bolivisión, visiblemente afectada.
La joven todavía recuerda el último encuentro con la prensa, cuando fue conducida a celdas policiales. Entonces, las únicas palabras que salieron de su boca fueron: “Soy inocente, soy inocente”. Tras ello, fue recluida en Obrajes, por tener rasgos físicos “similares” a la entonces sospechosa del rato de los bebés Álex y Daylin.
Junto a sus padres, Dana asegura que da la cara “frente a toda Bolivia” y enfatiza que jamás seria capaz de dañar a un bebé ni a su familia.
“Yo jamás dañaría a una familia. Jamás alejaría a un bebé de su mamá como yo jamás me separaría de mi mamá y de mi papá. Estoy aquí dando la cara”, señaló, visiblemente conmovida en declaraciones a la casa televisiva Red Bolivisión.
RECLUSIÓN
Dana recuerda que reveló que la obligaron a cubrir su rostro con un barbijo “para que no hable”. Denunció, también, que no le habrían permitido que emitiera su versión u opinara. La persuadieron psicológicamente para que asumiera una culpa que no era suya e incluso le habrían pellizcado el brazo para que no hablara, en su presentación ante los medios.
La joven confiesa que jamás pensó que llegaría a pisar la cárcel. Allí, en su primer día, sufrió pánico y desesperación. “Estaba desesperada. Era como si me hubieran quitado una parte de mi vida, que me separen de mis papas, de mi carrera. Toda la gente me veía mal, diciéndome que yo era la raptora”, lamentó.
En su encuentro con la Red Bolivisión, reveló que pudo comunicarse con sus padres dos semanas después de ingresar al recinto penitenciario. Para entonces ya sufría ataques de ansiedad.
“Ellos, el investigador y la fiscal, me decían que yo era un peligro para la sociedad”, recuerda.
FE Y LIBERTAD
Sin embargo, Dana asegura que no perdió la fe porque sus padres lucharon por su libertad.
El 18 de agosto, la Policía detuvo a Nieves M.C.G, la autora confesa del secuestro del bebé Álex. El fiscal departamental de La Paz, William Alave, indicó que la mujer seria procesada por el delito de trata y tráfico. “Esta persona ha admitido ser la autora del hecho y hemos encontrado una serie de chips, que vinculan a las personas involucradas, y ropa de bebé”, dijo entonces.
Los padres de Dana anunciaron una demanda penal contra el Estado boliviano por el daño moral y civil ocasionado. Piden, además, una disculpa pública por parte de las autoridades policiales y nacionales.